Cascabeles y campanas

¿Sabíais que hace cien años en Mestre se vendían cascabeles y campanas de latón de todos los tamaños?

Los vendíamos a docenas y era un artículo para adornar bestias como el caballo, el burro, la mula o el buey. Nos lo compraban los “basters”, artesanos buenos clientes de Mestre, que confeccionaban arreos de cuero diversos por los animales de carga.

Se utilizaban como adorno de gala en días importantes y, a la vez, tenían una función práctica de advertir con su sonido el paso de carros y carruajes guiados por los arrieros, aquellos profesionales del transporte de mercancías mediante tracción animal.

Estos oficios, en su momento tan imprescindibles, acabaron desapareciendo en los inicios de la década de los años 50.